La resaca de la liberación por parte de las FARC de Clara Rojas y Consuelo González, que el pasado jueves llegaron a Caracas para reunirse con sus familiares, sigue proporcionando reacciones e información sobre la situación del resto de los otros 700 secuestrados.

Así, el presidente venezolano ha pedido a los gobiernos de todo el mundo que retiren de su lista de grupos terroristas a las dos guerrillas que operan en Colombia, un hecho que achaca a "la presión de EE UU". "Les pido que comencemos reconociendo a las FARC y el ELN como fuerzas insurgentes de Colombia y no como grupos terroristas".

Sin embargo los datos revelados por las liberadas ponen en entredicho esa aspiración. Consuelo González ha relatado que los policías y militares con los que estuvo como rehén "vivían encadenados todo el día, con unas cadenas al cuello que tenían que cargar ellos apra hacer cualquier tipo de actividad".

Un futuro para los 750 restantes

La guerrilla de las FARC tiene todavía en su poder a más de 700 secuestrados, de los cuales 44 son considerados por los rebeldes como "canjeables" para un posible acuerdo humanitario.

La liberación de las dos mujeres ha dado paso a un leve acercamiento entre Colombia y Venezuela, cuyas relaciones habían quedado muy deterioradas por las anteriores tentativas frustradas, especialmente por el fracaso en diciembre de esta misma operación.

Así, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, reconoció la "eficacia" de Chávez para lograr la liberación . Por su parte, el presidente venezolano se ofreció a retomar la tarea mediadora y avanzar hacia un acuerdo de paz definitivo.

Por su parte, las FARC han insistido en que se despeje las localidades de Florida y Pradera, a unos 50 kilómetros al este de Cali, para poder negociar. Señalan que estos enclaves deben ser el "escenario del diálogo Gobierno-FARC para el acuerdo y la materialización del canje que haga posible la liberación de todos los prisioneros".